Algunos más, otros menos. En el caso específico de los gremios, algunos más propensos al diálogo con el Gobierno Nacional, otros definitivamente enfrentados con el mismo.
Lo ocurrido con el representante de la UOCRA Juan Pablo “Pata” Medina marcó un antes y un después en la siempre compleja relación Gobierno Sindicatos. Para algunos fue una especie de intento de adoctrinamiento, como si el Gobierno dijera “esto les puede pasar” más allá del discurso oficial de “Argentina no va a tolerar estas situaciones, llego el Cambio”. Y cada representante sindical tomó el discurso y leyó el mensaje. Hoy a partir de ello cada uno con su perspectiva planea el diálogo o bien la confrontación en las calles.
Por su parte, ninguno de los candidatos, incluso CFK pierde la oportunidad de despegarse del controvertido sindical.
Y lo que vemos es que buena parte de la CGT tiene una posición mucho más prudente y elige esperar las negociaciones, mientras que otros gremios incluso por fuera de la central alzan banderas de confrontación en reclamo de lo que dicen viene siendo una deliberada política de ajuste hacia el sector.
Aquella conflictividad manifiesta en las calles no cede. No solo en Capital Federal donde trabajadores estatales más representantes de otros sectores como organizaciones sociales y un sector universitario marcharon por las calles de la ciudad en reclamo de políticas públicas beneficiosas para sus sectores.
Las provincias tienen sus propios conflictos, como Formosa con el reclamo Qom de viviendas y asistencia social, en Córdoba hubo protestas de trabajadores estatales y grupos de izquierda en la capital provincial. En Santa Fe hubo masivas manifestaciones por la aparición de Santiago Maldonado. Y estudiantes secundarios se manifestaron por mayor presupuesto educativo y boleto estudiantil gratuito. Entre Ríos, Chaco, Corrientes, Jujuy, Tucumán, Catamarca, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, tienen sus propios conflictos y manifestaciones en sus respectivas provincias, con lo que es innegable que existe cierto descontento social, a pesar de que buena parte de los medios de comunicación omiten transmitir y hablar de estos temas.
Algunos analistas hablan abiertamente de la gentileza de los medios de comunicación para con este Gobierno Nacional al no mencionar o no dar cobertura a las malas noticias que podrían ser poco beneficiosas para la gestión en plena campaña.
La escena se repite, la conclusión a la que podemos arribar es que la Central de los trabajadores luce ciertamente desorientada y llena de conflictos internos que hacen que jueguen divididos. El Gobierno confía en su buena performance en los próximos comicios como si ello le diera el espaldarazo que necesitan para avanzar con las políticas que tienen proyectadas. Reformas que por ahora solo son discusiones, negociaciones, idas y vueltas, rumores. Después del 22 vamos a poder evaluar qué de lo dicho en esta campaña resulta cierto y qué no.
Estos comicios deberían servirnos para aclarar un poco el panorama que por momentos se torna tan turbio. Para saber cuánto margen tiene Cambiemos, para lograr sus propósitos, que se estima que por más victoria que obtengan no van a lograr aun así mayoría en el ámbito que no le es completamente hostil y con el que ha conseguido gobernar, como el Congreso. Y como se paran los Gremios en esta puja por el poder que los hace inevitablemente estar en el entramado político como un factor más a tener en cuenta.
Al inicio de la gestión de este Gobierno “no peronista”, esperábamos mucha mayor conflictividad, lo cierto es que por ventaja comparativa, por acuerdos a los que pudieron arribar como el caso de la deuda de las obras sociales, por necesidad y por contexto la relación logró ser moderadamente conflictiva, más por la situación que atraviesan los representantes sindicales de estar en el ojo de la tormenta por no poder explicar sus patrimonios que por acción directa de la gestión de Gobierno hacia ellos. Por ahora así las cosas, después de lo que arrojen las urnas, veremos.