El gobierno británico ha anunciado este jueves una dolorosa receta para paliar su crisis económica.
Y es que el ministro de Finanzas de Reino Unido, Jeremy Hunt, afirmó que el país ha entrado en una recesión económica y que la nación sufre la inflación más alta en 41 años.
La subida de precios se sitúa en una tasa superior al 11% poniendo en riesgo las economías familiares y el ecosistema empresarial británico.
La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR) pronostica que la economía británica se contraerá un 1,4% el próximo año, antes de recuperarse un 1,3% en 2024.
Muchos economistas hablan de una “recesión técnica” cuando se contrae el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) durante dos trimestres consecutivos.